DOCENTE SIGLO XXI

domingo, 14 de septiembre de 2008

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO




Dadas las condiciones que acompañan a las sociedades actuales y al mundo en general, es apremiante plantear una reflexión por ¿Hacia qué apunta una sociedad del conocimiento? y ¿Qué y para qué educamos en una sociedad del conocimiento?, en donde además se vean reflejados los retos que ha de afrontar la educación en medio de la complejidad de circunstancias cada vez más visibles, de los múltiples cambios que surgen constante y lentamente en todos los ámbitos de la vida humana y sus relaciones con la totalidad de la realidad imperante; debido a que en el mundo de la modernidad, caracterizado entre otros aspectos por la globalización, la tecnología, la comunicación y la información, se ha perfilado con mucha fuerza lo que se ha denominado “sociedad del conocimiento”.

Ahora bien, para realizar dicha reflexión se hace menester entender el concepto de sociedad del conocimiento, para lo cual nos remitiremos a la definición propuesta por la UNESCO:
“… el concepto de sociedades del conocimiento incluye una dimensión de transformación social, cultural, económica, política e institucional, así como una perspectiva más pluralista y desarrolladora. El concepto de “sociedades del conocimiento” es preferible al de la “sociedad de la información” ya que expresa mejor la complejidad y el dinamismo de los cambios que se están dando. (...) el conocimiento en cuestión no sólo es importante para el crecimiento económico sino también para empoderar y desarrollar todos los sectores de la sociedad” 1. BURCH, Sally (2006), Sociedad de la información / Sociedad del conocimiento [En línea], 29 de mayo de 2006, disponible en <http://vecam.org/article518.html> [Consulta: 12 de septiembre de 2008]

Definición que nos lleva a pensar que la sociedad del conocimiento apunta a un nuevo tipo de sociedad, con una nueva cultura, valores, requerimientos, instituciones, profesiones, sistema social y sistema educativo, lo que a su vez necesariamente implica la construcción de una sociedad que conduzca a un momento de florecimiento de la creatividad intelectual humana que proporcione condiciones para que las personas puedan planear sus propios proyectos de vida con miras a obtener su autorrealización y emprender acciones para la mejora sustancial de la sociedad.
De ahí que, para que se lleve a cabo dicho ideal se hace indispensable la creación de un nuevo escenario educativo que apunte al aprendizaje de por vida, dado que en la actual sociedad del conocimiento la información que existe es infinita, la complejidad del conocimiento es cada vez más grande y la exigencia de la sociedad de adquirir dicho conocimiento es aun mayor, motivo por el cual es importante que se enseñe a aprender y a utilizar adecuadamente la información en el proceso de enseñanza aprendizaje a través de una pedagogía ante la cual los docentes y estudiantes deban asumir un nuevo rol entre la experiencia humana y la información existente y, sobre todo, a tener en cuenta que la información debe ser un punto de partida y de llegada en el proceso de enseñanza aprendizaje.

De acuerdo con lo anterior, se debe perseguir que “la educación de nuestros tiempos sea cada vez más óptima y adaptada a las necesidades del mundo moderno que nos corresponde vivir, lo recomendado por diferentes expertos es que a partir del Estado, se impulse la difusión de las nuevas tecnologías, promoviendo la penetración de las computadoras así como Internet en los hogares y en las escuelas”2 BRAVO ACEVEDO, Guillermo, La investigación universitaria y la sociedad del conocimiento [En línea], disponible en <http://www.umce.cl/revistas/intramuros/intramuros_n12_a12.html>, [Consulta: 12 de septiembre de 2008]. Ya que todo ello implicaría una reorganización y resignificación de las prácticas pedagógicas en donde las TIC se perfilarían como el eje central de esta transformación, debido a que desde las potencialidades de éstas y específicamente de sus herramientas se logra una mayor motivación e interacción del estudiante como por ejemplo el desarrollo de capacidades como la creatividad, la comunicación y el razonamiento que, a su vez, estimulan actitudes como la iniciativa propia, el trabajo en equipo y la capacidad para la resolución de problemas; que en últimas se convierten en los elementos claves para la formación del hombre polivalente que el medio necesita.


Por otra parte, es importante también destacar que para que el aprendizaje sea posible en la sociedad del conocimiento es necesario tener en cuenta determinados objetivos, tales como: en primer lugar, educar para el empleo, dado que las condiciones laborales actuales cada vez más versátiles necesitan de destrezas básicas necesarias para desenvolverse en una economía avanzada de la información; en segundo lugar, educar para la vida, lo cual no significa más que entender la realidad, entenderse uno mismo y aprender a vivir; en tercer lugar, educar para el mundo, lo que implica entender el impacto de la ciencia y la tecnología en todos los aspectos de la sociedad y adquirir un punto de vista más global (educación para la responsabilidad ambiental, desarrollo armonioso de las relaciones intra e inter sociedades,...); y en cuarto lugar, educar para el auto-desarrollo, en donde la finalidad es desarrollar las facultades críticas para que los alumnos sean capaces de entender conceptos y desarrollarse por sí mismos.


No obstante, los anteriores objetivos deben estar enmarcados hacia la formación de líderes autónomos y comprometidos con el alcance de un decisivo aprendizaje en la sociedad del conocimiento, dichos líderes deben caracterizarse por crear futuro, aprovechar el tiempo, saber convencer, trabajar en equipo, escuchar a sus colaboradores, saber relacionarse, adaptarse con facilidad al entorno, tener autoconfianza, ser optimistas y sensibles.


Por consiguiente, no es de desconocer que la sociedad del conocimiento plantea para sí unos retos específicos que permitirán el pleno desarrollo y desenvolvimiento de las personas en el medio actual, algunos de estos retos son:


• La inmersión de los estudiantes en el mundo virtual en diferentes ramas del saber, con el fin de que este espacio logre captar la atención de los mismos y pueda ayudar en el aprendizaje de los contenidos de cualquier materia de manera más rápida y asimilar información de una forma más consistente que por medio del uso de herramientas de enseñanza tradicionales.

• El apoyo de profesores en recursos didácticos ofrecidos por los sistemas virtuales, para motivar y atraer la atención de los estudiantes a través de los gráficos tridimensionales de calidad y del alto grado de interactividad.

• Que La educación superior encuentre en la tecnología educativa un poderoso medio auxiliar para hacer frente a sus nuevas y crecientes responsabilidades.

• Que Los estudiantes salgan de las universidades portando no sólo sus títulos de graduación sino también conocimiento relevante para vivir en sociedad, junto con las destrezas para aplicarlo y adaptarlo a un mundo en constante cambio.

En suma, es significativo no olvidar que la sociedad del conocimiento será aquella que, a partir de alcanzar el nivel de una sociedad educada, puede recuperar información para enriquecer su conocimiento y tomar las decisiones pertinentes a su propio desarrollo personal y colectivo.


BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA:


• BRUNER, J. (2004): Realidad mental y mundos posibles. Los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia, Gedisa. Barcelona.

• CRESPO, A. (2002): Cognición humana. Mente, ordenadores y neuronas, Centro de Estudios Ramón Areces. Madrid.

• GARCÍA GARCÍA, E. (2001): Mente y cerebro, Síntesis. Madrid.

• GARCÍA MÉNDEZ, JOSÉ F. (1997): La cultura del error. Cómo afrontan las empresas sus oportunidades de mejora, Planeta. Barcelona.

• MOSTERÍN, J. (2000): Conceptos y teorías en la ciencia, Alianza Editorial. Madrid.

• NIDDITCH, P.H. (1995): El desarrollo de la lógica matemática, Cátedra. Madrid.

• TURNER, J.C. (1974): Matemática moderna aplicada. Probabilidades, estadística e investigación operativa, Alianza Editorial (Universidad). Madrid.

• WAGENSBERG, J. (2003): Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta?, Tusquets Editores. Barcelona.

• WOODCOCK, A. Y DAVIS, M. (1994): Teoría de las catástrofes, Cátedra (Colección Teorema). Madrid.


CIBERGRAFÍA DE REFERENCIA:


• BURCH, Sally (2006), Sociedad de la información / Sociedad del conocimiento [En línea], 29 de mayo de 2006, disponible en: [Consulta: 12 de septiembre de 2008]

• BRAVO ACEVEDO, Guillermo, La investigación universitaria y la sociedad del conocimiento [En línea], disponible en:
[Consulta: 12 de septiembre de 2008]

• SOTILLO, Ricardo (2000), El líder en la sociedad del conocimiento [En línea], disponible en: [Consulta: 12 de septiembre de 2008]

• GARCIA, Laura (2008), Ética de la sociedad del conocimiento y cibercriminalidad [En línea], 30 de Abril de 2008, disponible en: [Consulta: 12 de septiembre de 2008]

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